EL juego, un derecho de la Infancia
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La relación entre el juego y el desarrollo humano.
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La relación entre el juego y el desarrollo humano
El papel del juego en el desarrollo es un tema que me interesa desde los años en que realicé mi tesis doctoral con el profesor Jerome Bruner, en la Universidad de «Oxford«. Y, desde esos años, entiendo el juego como una manifestación de la inmadurez con la que nacemos los mamíferos, en general, y los seres humanos en particular. Nuestra misma supervivencia exige la dependencia del adulto. Son otros quienes tienen que proporcionarnos calor, alimento, protección, afecto. Asegurado todo ello, la cría puede dedicarse a explorar y a jugar. Y, cuanto más complejo el mundo que debemos conocer, más complejo también el comportamiento que debemos aprender. En el caso de los seres humanos serán muy elaboradas habilidades psicomotrices, lingüísticas, intelectuales y sociales.
El juego es, por tanto, «una necesidad para todos los seres humanos». La inmadurez con la que nacemos requiere que un adulto nos cuide durante una infancia muy, muy larga durante la cual, el juego es la forma natural de interactuar con el mundo, los demás y nosotros mismos. Por ello, el juego ha sido reconocido como un derecho por la ONU y ha sido ratificado por más de un centenar de países.
Sin embargo, cada día es más evidente que muchos seres humanos tenemos enormes dificultades para poder ejercer este derecho. Factores como la concentración de población en las grandes ciudades; la especulación urbana y la progresiva desaparición de los espacios públicos; la dificultad de la infancia para poder moverse de forma autónoma y segura, … todos contribuyen a una progresiva desaparición de los juegos tradicionales y de los espacios donde se podía jugar.
Hay múltiples temas de especial importancia en relación con el ejercicio de este derecho al juego. Por ejemplo, la relación entre el arte, el juego y la educación. En varios idiomas, el arte y el juego tienen una misma expresión lingüística y, en diferentes lenguas, se dice «jugar» un instrumento. También “juego” (‘play’) es sinónimo de teatro en inglés. Y, varios grandes artistas han reafirmado el vínculo entre la alegría y el gozo del juego infantil, y, la inspiración y la expresión artística.
El Proceso de la Educación:
También debe adaptarse a una sociedad que cambia rápidamente. Y, el ´juego’, especialmente en la educación inicial, tiene cada vez una relevancia mayor en la educación. Estas relaciones entre curiosidad, juego y exploración muestran por qué es tan intenso el aprendizaje infantil cuando respetamos su modo natural de relacionarse con el mundo y con los demás. Quizá también expliquen por qué es tan resistente al olvido nuestra memoria lúdica, nuestros recuerdos de la infancia cuando se refieren a qué, con quién y dónde «jugábamos».
Con frecuencia vemos contraponer los juegos tradicionales a las nuevas tecnologías y, muy especialmente, a los videojuegos. Efectivamente, en nuestras sociedades tecnológicas, postindustriales, han aparecido nuevas formas de juego que resultan opacas y hasta amenazantes para quienes no las han practicado en su infancia. Pero los videojuegos responden a las características de nuestras sociedades tecnológicas como los juegos sociales y los deportes respondieron previamente a las necesidades de las sociedades industriales.
Fomentaban la cooperación y, la competición que se necesitaba en el nuevo mundo industrial. Los juegos rurales tuvieron una ventaja inmediata en alguna habilidad física. Con la revolución industrial los juegos se convirtieron en trabajo en equipo y, más tarde, en deportes a seguir por los aficionados. Ésta última característica, profundamente vinculada con el proceso de construcción de identidades nuevas, ‘permitió’, que los obreros desplazados de sus poblaciones de origen a los grandes centros industriales pudieran sentirse miembros de sus nuevas ciudades como “seguidores” de los equipos de fútbol locales. A mayor escala, el mismo proceso ha servido para la construcción de las identidades nacionales.
Los nuevos juegos tecnológicos, los videojuegos, nos proporcionan habilidades y relaciones sociales igualmente importantes y diferentes dentro de las sociedades postindustriales. Ya no hace falta estar físicamente al lado para jugar juntos, pueden participar jugadores que se encuentran separados por miles de kilómetros, pertenecientes a culturas muy diferentes y hablantes de lenguas también diferentes. Pero, mientras juegan, comparten y hablan de sus mundos más cercanos y generan el mismo tipo de conflictos y solidaridades que se generan en juegos tradicionales presenciales.
En este ‘mundo’ que está sometido a cambios muy profundos y rápidos, nos parece que es importante conservar este patrimonio inmaterial que son los juegos tradicionales. Su recuperación y su clasificación permitirá también comprobar lo mucho que hay en común entre diferentes culturas y sus rasgos más diferenciales y característicos. Junto a ello, es también importante entender las preferencias lúdicas de sus practicantes en función del género, la edad y los espacios de juego. Es imposible valorar la profundidad y la velocidad de los cambios que se están produciendo en este ámbito de la infancia sin unos datos empíricos con los que poder medirlas.
Conócenos:
Fue constituida en Madrid el 8 de febrero de 1994 e inscrita en el registro de fundaciones del Ministerio de Educación con el N° 247 por orden ministerial, el 6 de abril del mismo año se publica en el boletín del estado.